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Análisis del análisis sobre el complejo mundo de las FAS


Análisis del análisis sobre el complejo mundo de las FAS

Por Floren Dimas (*)

Estimados compañeros. Cualquier análisis sobre el presente y el futuro de las FAS españolas, obliga no solo a repasar su papel en la geoestrategia del mundo actual dividido en bloques, con escaso y casi nulo espacio para la independencia nacional, si no también a estudiar temas complejos relacionados con el personal, los planes de empleo de unidades, armamento y sistemas logísticos, informáticos y estratégicos.

En cualquier debate sobre asuntos militares en donde intervienen expertos en diferentes materias, se suele arrancar casi siempre desde el tema de las partidas de financiación del gasto militar.

Suele justificarse este en el positivo impacto que representa en cuestiones de empleo, inversiones en I+D+I y en los supuestos beneficios sociales y económicos, que el incremento del gasto (vamos camino del 2 % del PIB para el 2025 o por imposición de la OTAN) conlleva en beneficio general de la sociedad -afirman- permitiendo además que una parte de los progresos científicos que se alcanzan para su uso militar, al cabo del tiempo tienen beneficiosas aplicaciones civiles, que van desde las comunicaciones, la informática, la cartografía GPS o la medicina, hasta la automoción, el transporte aéreo o la investigación submarina.

Si en el debate participan personas escasamente informadas, no solo en cada una de estas materias, si no, además, carentes de una perspectiva de conjunto, que permita discernir entre la rentabilidad social, la seguridad (real) colectiva, y la soberanía nacional para que no se vea instrumentalizada y puesta al servicio de los grandes bloques económicos, políticos y militares, es fácil adivinar qué facción se llevará el gato al agua, a la hora de justificar los sacrificios que todo el país tiene que realizar para sostener la Defensa Nacional.

No es frecuente por desgracia comprobar entre los colectivos de militares demócratas españoles, demasiado interés por analizar cuanto aquí se ha tratado, visto el poco espacio de atención para reflexionar o analizar la política militar, desde un punto de vista crítico basado en datos y perspectivas actuales, contentándose la mayoría de las veces con examinar y valorar los fenómenos sociológicos, políticos, ideológicos o laborales, que los medios ponen interesadamente de actualidad, que rigen y determinan actualmente el funcionamiento y la actividad de las FAS dentro y fuera de nuestras fronteras.

¿Es imprescindible la existencia de la Legión o los Regulares en el actual despliegue militar en nuestro país?

¿Debe desvincularse por completo la Guardia Civil de la estructura militar de las FAS?

Debe continuar el predominio militar en el organigrama del CNI? ¿o debe este pasar a una dirección de mandos y funcionamiento fundamentalmente civil?

¿Es operativo un servicio de información civil y otro militar, independientes entre sí, pero coordinados por la Presidencia del Gobierno para mantener así duplicada las vías de información, para evitar ocultaciones o manipulaciones interesadas de la información?

¿Sería deseable la reinstauración del servicio militar obligatorio, siguiendo los objetivos, doctrina, beneficios y protección social, así como el plan de instrucción que actualmente se sigue en Suiza?

¿Qué hacer para la recolocación de los +45, tomando como modelo el que sigan actualmente las FAS de determinados países?

En fin, amigos, podríamos seguir hasta mañana proponiendo temas interesantísimos y de hondo calado, que pocas veces trascienden a los medios de comunicación, y ni siquiera se trasladan a la opinión y al debate público de los ciudadanos, militares demócratas incluidos en ocasiones.

En el enlace que encabeza este mensaje, podéis tomar nota de la complejidad de intereses tecnológicos e industriales que confluyen en una única y exclusiva unidad del Ejército de Tierra: la Unidad Militar de Montaña.

Si extrapolamos ese clúster al resto de las unidades de las FAS, podremos apreciar de qué inmenso entretejido industrial y financiero estamos hablando.

Un cordial saludo a todos.

(*) Floren Dimas es Investigador histórico, Oficial del Ejército del Aire (R) y delegado del Colectivo Anemoi para asuntos de la Memoria Histórica.


Enlace relacionado:

«El Jefe del Mando de Tropas de Montaña explicó al Clúster de Defensa las necesidades en equipamiento y material de la Unidad-noticia defensa.com – Noticias Defensa España»

https://www.defensa.com/espana/jefe-mando-tropas-montana-explico-cluster-defensa-necesidades

Desde nuestra trinchera, a ras de tierra

Desde nuestra trinchera, a ras de tierra

Por Manuel Ruiz Robles (*)

La imposición de la ideología franquista en el seno de las Fuerzas Armadas no concluyó con el final de la dictadura, manteniéndose a lo largo de estas últimas cuatro décadas una lucha soterrada contra los valores democráticos, que trasciende los muros de los cuarteles, contaminando la vida política y social de nuestro país.

Trataré, por tanto, desde nuestra trinchera, a ras de tierra, difundir algunos conceptos elementales que estimo esenciales para la compresión de la sociedad de la que formamos parte, especialmente orientados a aquellas compañeras/os no familiarizados con la teoría marxista, cuya génesis y desarrollo fue impulsada por el potente movimiento obrero de los siglos XIX y XX. Lo hago consciente de mis limitaciones y siempre contando con la indulgencia de mis queridos/as lectores/as.

He de confesar que no siento apego por ningún tipo de beaterías, cualesquiera que estas sean, por ello trataré de expresarme de la forma más racional posible, con el respeto intelectual debido a los grandes pensadores que han aportado avances esenciales al conocimiento científico, ya sea a las ciencias de la naturaleza, ya fuese a las ciencias sociales, siempre en continua transformación y avance.

Hace unos días, leyendo en un medio digital ultraconservador, extremadamente españolista, es decir fascista, los desatinos de un general monárquico, antaño Ayudante de Campo del Rey y hogaño Presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), topé con la columna de un exbanquero, también viejo conocido del Rey Juan Carlos I, un rey español y mucho español, huido a tierras lejanas por sus presuntos latrocinios del erario público.

El artículo del banquero en cuestión, antiguo empresario del sector farmacéutico, llamó de inmediato mi atención, pues me recordó algunas de mis lecturas de juventud, de renovada actualidad en estos tiempos convulsos ¿cuándo no lo fueron? Tiempos, por otro lado, esperanzadores, pues de las grandes crisis, ya sean científicas, ya sean sociales, surgen oportunidades de cambio de las que pueden derivarse, a veces, avances cualitativos.

En concreto, transcribo textualmente el párrafo que captó mi atención:

“Asistimos impávidos a una globalización, que no es sino un estandarización del control por el suprapoder, y a la consiguiente desaparición fáctica de los Estados nacionales, no tanto en manos de supraorganizaciones políticas como de superestructuras financieras construidas sobre la libertad de circulación de capitales y el artificial dinero financiero.¿ Cuál es la respuesta de la derecha al nuevo escenario ?”

Su autor es Mario Conde, antiguo y brillante abogado del Estado, cuyo fulgurante ascenso en el mundo empresarial provocó su caída en desgracia, siendo rechazado por una oligarquía financiera elitista y corporativa que no lo admitió en su seno.

Lo constatado en dicho párrafo me ha recordado, como he dicho, una de mis lecturas de juventud: “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, escrito en el año 1916 por Vladímir Ilich Uliánov, conocido como Lenin (1870 – 1924). Su autor pone en evidencia como el librecambismo tocaba a su fin. Es decir, el final de la libre competencia entre empresas y por tanto también el de la fijación de los precios de los productos mediante la mano invisible del mercado.

La confrontación entre la oferta y la demanda de productos, en un mercado libre de trabas, formado por multitud de empresas productoras e infinidad de clientes o consumidores finales, tendía a fijar un precio de equilibrio, el cual llevaba de algún modo inscrita la cantidad de trabajo humano necesario para su producción. Comercio que, teóricamente, habría de regular automáticamente los precios, y finalmente la asignación de recursos de forma eficiente.

Describe Lenin en su obra -aportando datos estadísticos de la época, concernientes a los países más desarrollados- como la concentración de capital daba lugar a grandes monopolios que pasaban a acaparar sectores enteros de la producción. Se apoyó para ello en las tesis del gran pensador alemán Karl Marx (1818 – 1883) referentes a las leyes de la evolución del capitalismo, enunciadas en el siglo XIX; entre otras, la tendencia inevitable del sistema a la acumulación de capital y finalmente a la formación de grandes monopolios.

En el nuevo periodo denominado imperialismo, que arrancó prácticamente a mediados del siglo XIX y se desarrolló a lo largo del siglo XX, solo los grandes monopolios podían competir entre sí. El Estado dejó de estar hegemonizado por la clase burguesa, pasando a estar controlado por los sectores monopolistas de ésta. El Estado se transformó en el instrumento de dominio del gran capital, poniéndose al servicio de este grupo minoritario, que había pasado a detentar su hegemonía sobre el resto de la sociedad. Finalmente la unión de la fuerza de los monopolios con la fuerza del Estado burgués dio lugar al capitalismo monopolista de Estado.

En los albores del capitalismo, en cada sector de la producción, competían multitud de pequeños productores. La revolución industrial aceleró el proceso de concentración de empresas, mediante el aumento de la productividad que la mecanización impulsaba, requiriéndose cada vez mayores medios materiales para supuesta en marcha y, por tanto, mayores capitales. La feroz competencia en el mercado, y la necesidad de equipamiento más costoso y, en general, de mayores medios materiales de producción, exigidos por la creciente automatización de la producción, generó crisis cíclicas de sobreproducción que arruinaron a pequeñas y medianas empresas, cuyos mercados pasaban a ser absorbidos por las grandes corporaciones, produciéndose una acumulación masiva de capital.

Muchos pequeños y medianos productores eran expulsados del mercado en cada crisis cíclica de la economía capitalista, haciendo cada vez más dificultosa la existencia de una pequeña y mediana burguesía, que veía con pavor su futuro amenazado, mientras el paro obrero se multiplicaba, arrojando a la miseria a grandes masas trabajadoras. Esa fue la tendencia creciente de acumulación de capital, por el cual unas pocas empresas pasaron a controlar cada sector de la producción (eléctricas, farmacéuticas, etc.).

El papel de las entidades financieras, y la fusión imparable de estas, concentraron su capital en grupos de poder capitalistas cada vez más reducidos. Su penetración en el sector industrial y en los medios acrecentó el poder de este núcleo elitista, que constituye la oligarquía financiera, dominando la economía de los países.

La globalización y la desregulación de los mercados ha incrementado el flujo de capitales, es decir la exportación de estos, que excede en mucho al flujo de mercancías, creándose “superestructuras financieras construidas sobre la libertad de circulación de capitales y el artificial dinero financiero”, que se reparten el mundo pasando por encima de fronteras y de gobiernos nacionales.

Los estados-nación tienden a desaparecer de facto, engullidos por los estados-continente, que dominan la escena en función de su poder económico y militar, estableciéndose alianzas jerarquizadas que se reparten territorialmente el mundo, constituyéndose sistemas formados por una cadena imperialista. Esto obliga a cada gran potencia a someter a otras potencias subordinadas, para la apropiación de las materias primas que necesitan y la ampliación de sus mercados. Su poder e influencia depende del capital que posean y de su fuerza militar. Estas alianzas jerarquizadas están encabezadas por un hegemón que domina al resto de países a costa de someterlos, por las buenas o por las malas.

La existencia de estos monopolios y su impacto sobre la vida cotidiana de las personas es algo que las clases populares de nuestro país han podido constatar en estos días, con estupor e impotencia, al ser anunciada por el Gobierno de coalición progresista ¡nuestro gobierno! las nuevas tarifas eléctricas. Una autentica tragedia para más de cuatro millones de familias trabajadoras que viven al borde de la indigencia, lo que acrecienta e intensifica la triple crisis sanitaria, social y democrática en la que estamos inmersos.

Prueba evidente, por tanto, de la necesaria movilización ciudadana en defensa de los intereses de las clases populares, así como la ineludible toma de conciencia de los estratos sociales explotados. La nacionalización de determinados sectores monopolistas de estado es una necesidad imperiosa para el desarrollo democrático y la defensa de las libertades amenazadas, pues debido al exorbitante poder que detentan hace que personajes que no se presentan a las elecciones dominen la vida pública, quitando y poniendo gobiernos a su antojo, mediante el control por la puerta trasera de las instituciones democráticas.

La nacionalización de sectores estratégicos tan determinantes como las grandes compañías eléctricas o las grandes entidades financieras haría accesible, a empresas y usuarios, a bienes tan primordiales como la energía o los medios crediticios, en condiciones más justas, pues unos precios exorbitantes de estos servicios esenciales acaban reflejándose en todos los sectores de la producción y, por tanto, en una subida generalizada de precios.

(*) Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada, miembro de la UMD y del Colectivo Anemoi. Presidente Federal de Unidad Cívica por la República.







Festival Internacional por la Paz on-line

(Publicado por Veteranos por la Paz España)

La organización de veteranos de Irán Khaneh Sarbaz Solh Iran (La Casa del Cuerpo de Paz de Irán), en cooperación con asociaciones y organizaciones internacionales por la paz (entre ellas, Veteranos Por la Paz España) promueve el Festival Internacional Online por la Paz Simorgh sobre motivos relacionado con el sentido de la paz en el ámbito de la literatura, las artes, el deporte y la creación en general.La inscripción es gratuita y todos los concursantes recibirán un certificado electrónico de su participación.Inscripciones y rendición de trabajos, directamente en el siguiente enlace, antes del 20 de agosto de 2021: https://festival.sarbazsolh.ir

La Hora de la República 15.06.2021

Martes 15 de junio de 2021, de 19 a 20 horas programa La Hora de la República (LHR). Patrocinado por Unidad Cívica por la República (UCR). Emitido en directo desde Radio Rebelde Republicana (RRR), desde Pamplona. Ángel Pasero y Juanjo Picó, en el estudio virtual y Patxi, desde la zona técnica en Pamplona. Junto a nuestros espacios habituales: Editorial, Agenda… Hablamos con Floren Dimas. Investigador Histórico, Oficial del Ejército del Aire. Miembro de ANEMOI, Militares por la Democracia y la República. Vocal de la Asociación Civil, Milicia y República (ACMYR). Con quien analizamos toda la actualidad política, el nuevo proyecto del Gobierno, de Memoria Democrática, la petición de cambio de nombre del Aeropuerto Juan de la Cierva… Y, como todos los terceros martes de cada mes, tenemos, La Crónica desde la tercera capital de la II República, por nuestro corresponsal en Barcelona. Joaquín Soler Cura, que nos hace un acertado comentario sobre la actualidad política y cultural catalana. Continuamos con los Valores Republicanos y, finalizamos con el Rincón Poético, la Agenda y el Epílogo. Te sugerimos sigas LHR y la programación de RRR.

https://go.ivoox.com/rf/71466976

Roberto Macías, candidato a los VI premios Hay Derecho

Formo parte de un reducido grupo de rebeldes, soñadores y perseguidos. Personas idealistas que en algún momento, impulsadas por la fuerza de la verdad, decidieron salir de la clandestinidad para luchar contra la corrupción, los abusos y las injusticias que comenten los poderosos. Sin contemplarlo, nos convertimos en una nueva resistencia social que  salió a defender la transparencia, decencia y honradez en la vida pública. Pues, creemos firmemente que  debemos rescatar la cosa pública de las garras de las mafias que viven de su permanente explotación.

Y por rebelarnos contra este sistema putrefacto y déspota, hemos sido perseguidos como si fuéramos una peligrosa bestia que pone en peligro la paz social. Nos han sometido a un intenso acoso y derribo, solamente por defender por nuestra dignidad, libertad y verdad. Por decir la verdad, hemos sido atropellados sin contemplación por una perversa maquinaria que castiga a las personas que rompen el silencio.

Lo que cuento no es una ensoñación, ni es tampoco un delirio veraniego. Hace unos días, pude comprobar que los alertadores de corrupción, estamos sometidos a una exhaustiva vigilancia, riguroso control y permanente acoso. Vigilan con lupa cada uno de nuestros actos para intentar torpedear cada uno de nuestros proyectos y sueños. Intentan provocar nuestro hundimiento con el objetivo perverso de ahogar nuestras voces en un mar de desesperación y abatimiento.

El escenario es siniestro. Pues, la realidad que enfrentamos es desgarradora.  Debo admitir y reconocer que hay miserables sicarios digitales que buscan la muerte civil del alertador-informante. Asesinos virtuales,  que conspiran para despojarnos de nuestros sueños y alegrías. Las mafias y sus esbirros, amplían sus represalias cada vez que intentamos recomponer nuestra existencia.

Vivimos entre psicópatas que tienen el corazón podrido de odio y venganza. La maldad humana se materializa con las personas que deciden enfrentar el sistema imperante. Intentan despojarnos de todo, para convertirnos en un insignificante saco de huesos. Nos quieren hacer creer que nuestras vidas no valen nada y es mejor quitarse la existencia.

Escribo este texto,  después de haber sido informado que algún servil lacayo, haya intentado reventar mi candidatura en los VI premios que otorga la Fundación Hay Derecho.  Se les va la vida, intentando manchar mi  buen nombre. Pretenden ensuciarlo con dudas y sospechas sobre mi persona.

Ahora, siento míos los versos de Salvador Díaz Mirón: “Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan… ¡mi plumaje es de esos!”.

Sirvan estas líneas, para invitarles apoyar mi candidatura. Quiero pedirles una vez más su apoyo para seguir recomponiendo mi fragmentada existencia. Su voto no es para alimentar mi ego, es para ganar la partida que tengo con la vida y los pegalagambas.

Les comparto el link, de las votaciones:

https://hayderecho.com/votaciones-premio-hay-derecho-2021/