Carlos Alsina ha afirmado en su monólogo de hoy que “el liderazgo carismático de la señora Ayuso ya traspasa fronteras. Crea escuela en Baviera, en Campania, ¡en Eslovaquia!”. Aseveración realizada en relación al intento de compra de la vacuna rusa Sputnik V por parte de la presidenta madrileña. Una afirmación que, en el mejor de los casos, se puede calificar como eufórica, puesto que no parece muy ajustada a la realidad cronológica.
Sin entrar en la cuestión de la gestión de la vacunación en Europa o la elección, autorización y compra de vacunas, tema espinoso y controvertido por sí mismo, sí que convendría señalar que difícilmente Isabel Díaz Ayuso ha podido crear escuela en Eslovaquia con su intento de comprar la vacuna rusa, pues, a pesar de la emoción de locutor al respecto, lo cierto es que Eslovaquia compró vacunas rusas un mes antes de conocerse el intento de compra de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Para demostrarlo, baste señalar la noticia del 1 de marzo titulada “Eslovaquia, segundo país de la Unión Europea en recibir la Sputnik V” publicada en France 24 donde se informa sobre la compra de dos millones de dosis rusas por parte de Eslovaquia y la crisis interna provocada en el país. Por el contrario, las primeras noticias al respecto del intento de adquisición de vacunas rusas por parte de Isabel Díaz Ayuso fueron publicadas hace escasamente dos días. Baste señalar como ejemplo esta noticia de La Voz de Galicia del 6 de abril: “La Comunidad de Madrid exploró comprar la vacuna rusa Sputnik V al margen del Gobierno”.
En cuanto a que Isabel Díaz Ayuso haya podido servir de influencia a Baviera, en Alemania, o a Campania, en Italia, aunque no se puede descartar, no se puede catalogar como incuestionable. En primer lugar, la compra de vacunas rusas por parte de la mencionada Eslovaquia –y de Hungría–, como ya hemos visto, constituye un episodio cronológico muy anterior al intento de Ayuso; en segundo lugar, se trata de intentos materializados; y, en tercer lugar, se trata de dos países con fuertes vínculos tanto con Italia como con Alemania, especialmente con esta última, y su repercusión mediática a nivel europeo se antoja mayor que la de nuestra IDA.
En cualquier caso, y aunque no se puede negar que pudiera ser posible que, tanto Baviera como Campania, hubieran seguido el “carismático liderazgo de Ayuso”, no podemos catalogarlo como seguro.
Esta es la parte final del monólogo de Alsina:
“A todo esto, la famosa Agencia es quien se ocupa de decidir qué vacunas pueden usarse en la Unión y cuáles no. La rusa no está aprobada y por eso, aunque la compres, no puedes ponérsela a tus gobernados. En teoría, al menos. Porque Eslovaquia y Hungría ya han firmado sus contratos con los rusos. Hasta ahora era cosa de estos dos gobiernos, populistas y de países de Este.
Ayer fue el gobierno regional de uno de los principales países con más peso en la Unión quien confirmo que está tanteando a los de la Sputnik. Dices: ¡Ayuso! No. El gobierno regional es el de Baviera, en Alemania. Que ha dicho, eso sí, lo mismo que Ayuso pero sin tormenta: que en previsión de que la vacuna se apruebe, él quiere tener la gestión ya hecha.
Dices: pero si la compra de vacunas la lleva la comisión europea. Ya. Pero este gobernante regional, a lo Ayuso, quiere hacer camino por su cuenta. En Italia es el gobernante de Campania el que también se ha interesado por la Sputnik. Para que vea usted que el liderazgo carismático de la señora Ayuso ya traspasa fronteras. Crea escuela en Baviera, en Campania, ¡en Eslovaquia! Que se preparen cuando se entere la vicepresidenta Calvo. La que les espera.”